Último fin de semana para divertirse en la Oktoberfest

David Domenech

200 años de historia contemplan a la Oktoberfest, que el próximo domingo abandonará Las Rozas. Este fin de semana será la última oportunidad para disfrutar de una fiesta en la que se puede beber cerveza alemana, comer manjares típicos, divertirse con la música y bailes de esa tierra y, sobre todo, pasarlo bien. Para conseguirlo, la empresa Bavaria Wiesn Events, encargada del evento, tiene instalada una carpa de 1.200 metros cuadrados.

En su interior hay mesas y sillas donde sentarse a disfrutar de los espectáculos mientras se saborean las famosas salchichas de Frankfurt, el codillo de cerdo o los Bretzel, panecillos salados en forma de corazón. Para que nada tenga que envidiar a la Oktoberfest que en octubre se celebra en Munich hasta los camareros van vestidos con el tradicional traje bávaro. Lo normal es que una noche en esta fiesta acabe con todos cantando y bailando.

La Oktoberfest no es la primera vez que está en Las Rozas, sino que viene precedida por el éxito que cosechó el año pasado. Su fama es tal que ya ha visitado ciudades de Chile, Argentina o Bélgica, entre otros lugares. 

Orígen

Esta fiesta tiene su origen en la boda del príncipe Luís I de Baviera con la princesa Teresa de Sajonia-Altenburgo, en el año 1810. Después de la alianza real, el pueblo fue invitado a cinco días de celebraciones, del 12 al 17 de octubre, que terminarían con una gran carrera de caballos sobre el Theresienwiese -campos de Teresa-, también conocido como Wiesn, un campo abierto justo a las afueras de Múnich.

La fiesta tuvo tanto éxito que se decidió repetirla en los años sucesivos, hasta convertirla en la más popular y grande del mundo, con más de seis millones de visitantes.