“Servicio, austeridad, amor por la naturaleza y la voluntad de sonreír ante las dificultades”

María Martínez de Mora

Se consideran hermanos y se organizan por camadas, manadas, tropas y redes. Forman parte de la Federación Scout Regional de Madrid y su filosofía se basa en la amistad y la tolerancia. La Asociación Scout Camelot tiene su sede en Pozuelo de Alarcón y está intentando hacerse un hueco en el municipio desde finales del año pasado. Hoy nos cuentan su historia y filosofía de vida.

¿Cuándo y con qué objetivo nace la Asociación Scout Camelot?

Camelot nace en Septiembre del año pasado para educar en el tiempo libre a chavales de 6 a 17 años. Nuestra intención es la de ofrecer un proyecto educativo de calidad en el que los chavales aprendan a formar unos valores propios, desarrollen su propia autonomía mediante la paulatina asunción de responsabilidades dentro del grupo y adquieran destrezas y habilidades que refuercen su carácter y autoestima.

Camelot es el nombre de la fortaleza y reino del legendario Rey Arturo, ¿tiene algo que ver en la elección del nombre?

Elegimos Camelot como nombre por el ideal de la Mesa Redonda. Creemos en un modelo de gestión asociativa horizontal donde la búsqueda del consenso trascienda la mera participación democrática. El nombre de alguna forma viene a ligar el futuro de la asociación a este principio sin el cual no somos capaces de entenderla.

Aseguráis que vuestra filosofía es el escultismo, ¿en qué consiste?

El escultismo se sostiene y crece sobre lo que llamamos la ley scout. Los principios de esta ley incluyen, entre otros, el servicio, la austeridad, el amor por la naturaleza y la voluntad de sonreír ante las dificultades. El método scout plantea estos valores a los chavales a los que se anima a acercarse a ellos con un espíritu crítico. Lo ideal es que, después de reflexionar sobre ellos, si deciden aceptarlos como propios, sean capaces de ser consecuentes con ellos en sus propias vidas.

¿En qué consiste vuestro proyecto educativo?

Nuestro proyecto educativo es fruto de la puesta en común y el consenso de todos los voluntarios que conforman el equipo de educadores de Camelot. En él se sientan las bases educativas y el marco sobre las que vamos a trabajar todo el curso. Cada año este proyecto debe tener en cuenta las necesidades de los chavales y de la asociación para que los objetivos planteados en él sean lo más útiles posibles.

¿El ocio es un buen aliado para educar?

Hay una frase muy conocida en el ámbito educativo que dice algo como “Dime y lo olvido, enséñame y lo recuerdo, involúcrame y lo aprendo”. Nosotros complementamos la educación recibida en la familia y en los colegios con recursos y escenarios distintos. Solo esto ya sería una buena razón para que un chaval participase en cualquier proyecto de educación en el tiempo libre. Sin embargo, contamos además con una importante ventaja añadida, la motivación intrínseca del chaval. No elegimos la familia en la que nos criamos y muy pocos menores deciden en que colegio matricularse pero el tiempo libre, al nacer de los intereses de los chavales es un espacio en el que gran parte del peso de la decisión recae sobre ellos. Lo que queremos decir es que, si un niño elige a Camelot, tenemos la ventaja como educadores de que ya está involucrado en lo que puedas enseñarle, es protagonista de su propio proyecto educativo.

¿Creéis qué en la actualidad se han perdido valores importantes?

Más bien se ha perdido el tiempo y el interés de reflexionar sobre ellos. Estamos seguros de que si todo el mundo reflexionase sobre sus necesidades reales y aquellas generadas por su modelo de vida se darían cuenta de que podrían vivir con mucho menos. Ser conscientes de esto ya implica un cambio significativo en nuestro día a día. Lo mismo ocurre con tantos otros valores, las relaciones interpersonales en una sociedad en que el individuo se difumina en la masificación de nuestras ciudades o el alejamiento del medio natural de unos niños que crecen en ciudades de asfalto y hormigón quizá sean los más hirientes. Hacerse preguntas es el mejor camino para encontrar respuestas acerca de la vida que queremos llevar.

¿Cuál es el sistema de organización de la asociación?

El trabajo con los chavales se adecua a las necesidades y capacidades de cada rango de edad, a cada uno de estos rangos se le llama “rama”. Camada va de 6 a 8, Manada de 9 a 11, Tropa de 12 a 14 y Red de 15 a 17.

Como podéis ver, son rangos de edad en tandas de tres con el objeto de que, a lo largo de los años que pasa un chaval en una misma rama, desempeñe tres roles distintos como pequeño, mediano y mayor de cada una. Esto es positivo para los chavales porque cada uno de estos roles imprime un carácter distinto. En el equilibrio entre ambos objetivos creemos que está la virtud de esta división por ramas.

¿Qué objetivos os habéis marcado para un futuro cercano?

El objetivo inmediato de la Asociación Scout Camelot es la tarea pedagógica con los chavales que ya tenemos dentro de Camelot pero, en términos más generales, nuestras metas más cercanas a alcanzar pasan por darnos a conocer para crecer como asociación y encontrar maneras de ser útiles para los vecinos y vecinas de nuestro municipio. En este sentido, hemos comenzado ya pegadas de carteles y difusión por redes sociales de un lado y venimos colaborando ya desde hace un tiempo con algunas asociaciones de nuestro municipio con labores de ayuda humanitaria. Sin embargo, queremos aprovechar esta oportunidad para ofrecernos también para tareas locales de carácter social o medioambiental, vivimos en una sociedad que, a veces, se olvida de pedir ayuda cuando lo necesita también en las pequeñas cosas.

¿Cuánta gente forma parte de vuestra pequeña familia?

De momento somos 15 educadores y, como solo hemos abierto una rama aún ya que hasta hace poco hemos estado de papeleos por ser nuevos como asociación, 16 chavales de entre 15 y 17 años. Las otras ramas tienen listas de espera abiertas en las que ya hay varios chavales apuntados. La razón de no abrirlas ya con los interesados es el poder ofrecer un servicio de calidad en el que el grupo mínimo para trabajar comienza en 10 chavales. Hay que tener en cuenta que los chavales no aprenden solo de nosotros si no que se nutren, sobre todo, de las interacciones con otros chavales de su misma edad. Creemos que merece la pena la espera y confiamos en estar a pleno rendimiento a finales de Junio, listos para el campamento de verano.

¿Por qué elegisteis Pozuelo como sede?

Lo más fácil y lo más sincero es decir que el grupo de educadores vive, mayoritariamente, en este municipio. Pese a lo cual, no iniciaríamos un proyecto así si no viésemos la necesidad. Somos voluntarios y si una sola hora de nuestro tiempo estuviese mejor invertida en otro proyecto de ayuda social lo dedicaríamos a eso en lugar de a Camelot. No es así, en Pozuelo hay más de 10.000 chavales de la edad a la que estamos dirigidos según datos del padrón municipal de 2011 y, tan solo, 10 asociaciones juveniles sin contarnos a nosotros. Los números hablan por sí mismos.

Pertenecéis a la Federación Scout Regional de Madrid, ¿cuál es la filosofía scout?

Una de sus propuestas es que todo scout debe ser amigo de todos y hermano de todo scout. Pertenecer a una federación es una consecuencia lógica de este sentimiento fraternal. Pero además, hay implicaciones positivas en la relación de nuestros chavales con otros chavales de su misma edad provenientes de toda la comunidad autónoma, con distintas realidades de origen y distintos matices en sus grupos.

¿La filosofía scout se ha extendido en España?

Es cierto que quizá pase algo desapercibido pero el movimiento scout está más extendido de lo que podría parecer a primera vista. Hay múltiples federaciones en nuestro país, algunas de ellas muy grandes como MSC o ASDE.

La diversidad dentro del movimiento scout es consecuencia de la evolución paralela de distintas formas de entender el escultismo. Quizá esta disparidad crea confusión en la imagen colectiva que se tiene del scout y, quizá por ello, cree a los scout que se han alejado de la imagen original de hace más de un siglo algo de complejo al no querer ser confundidos con determinada tradición militar o religiosa.

¿Cuándo se deja de ser scout?

De la misma manera que el ser scout es un compromiso que se adquiere de forma subjetiva cuando uno cree estar preparado y se siente partícipe de la ley scout, dejar de ser scout debe ser también una valoración personal. Uno deja de ser scout cuando, en definitiva, ya no siente que le definen los valores del escultismo.

Si el proceso de reflexión sobre los mismos fue lo suficientemente profundo dentro de la cabeza y el corazón de cada uno, si uno se tomó el tiempo suficiente para estar seguro y llega al punto en que hace suyos estos valores, uno será scout hasta la muerte y más allá de ésta, con su ejemplo, para otros.