Día de la Mujer: historias de una vida

María Martínez de Mora

La lucha por la igualdad ha ganado muchas batallas, aunque todavía queda mucho por hacer. En ese camino han estado trabajando todos los ayuntamientos, asociaciones y organizaciones durante estos días. Actos de homenaje a las madres trabajadoras, charlas con empresarias que han puesto una idea en marcha a pesar de muchas dificultades, artistas poco conocidas por su nombre pero no por sus obras y profesionales que se han encontrado barreras en el camino del ascenso.

'Mirada Oeste' quiere dedicar estas palabras a ellas, a todas las mujeres que han vivido una historia profesional y personal que se ha complicado por el límite de la desigualdad. En estas líneas se encuentran cinco testimonios reales de mujeres que han querido compartir su experiencia con este periódico y todos sus lectores, para que el 8 de marzo de 2013 haya sido algo más que un día en el calendario.

Un día para hacer memoria…

Una abuela de 67 años de Pozuelo de Alarcón. Con cinco nietos y tres hijos, todos ellos varones. Trabajó hasta que se casó y después ha dedicado toda su vida a su familia. Cuando sus hijos fueron mayores decidió retomar sus estudios y realizó un modulo administrativo. Ahora se ha apuntado a inglés y forma parte de dos orquestas del municipio. El 8 de marzo para ella es un día muy importante. “Yo no celebraba este día hasta hace pocos años pero ahora es uno de mis días favoritos”, asegura. "Las pozueleras hemos cambiado mucho, ya no estamos en una mesa camilla con la televisión, sino que tenemos nuestras aficiones y decidimos pos nosotras mismas”, añade.

Para esta abuela “las mujeres están en el buen camino”, aunque según apunta, “aún quedan muchas cosas por hacer”. “Es horrible escuchar esas historias de violencia contra las mujeres. Tenemos que apoyarlas y que denuncien”, finaliza.

Una joven menor de edad de Boadilla del Monte. Está terminando el instituto y quiere ser abogada. El día 8 de marzo para ella es una fiesta. “Yo soy mujer y estoy orgullosa de serlo. Durante mucho tiempo no hemos podido hablar con libertad y ahora es el momento de decirlo alto y claro: me gusta ser mujer”, señala con entusiasmo. Cuando la joven habla de futuro cambia el tono optimista y añade la duda en sus palabras. “No sé qué pasará porque sé que ahora es muy difícil conseguir un buen trabajo, pero yo voy a luchar”, asegura.

En el horizonte de la joven también aparece una familia y varios hijos. “Yo quiero ser madre y quiero tener tres hijos, dos niñas y un niño”, explica. “Creo que puedo ser abogada y madre al mismo tiempo, solo espero que en mi trabajo no me pongan problemas”, finaliza. 

Una joven con discapacidad intelectual de Majadahonda. Tiene 23 años y vive con su familia a las afueras del municipio. Tuvo la oportunidad de ir a un Centro Ocupacional pero su madre le aconsejó que siguiera formándose hasta que ella decidirá que estaba lista para trabajar. “No es fácil, porque a partir de los 18 ya no nos dan más salida que el taller ocupacional o que se queden en casa”, explica la madre. “Yo quiero que ella siga aprendiendo y ella también quiere, que es lo más importante”, señala.

La joven terminó sus estudios en un colegio de Educación Especial cuando tenía 21 años y desde entonces asiste a clases de un programa de la Fundación Síndrome de Down, para seguir avanzando en su formación. “A mí me gusta ir a la Fundación porque allí me enseñan muchas cosas todos los días”, cuenta. “Yo quiero seguir aprendiendo”, añade.

La madre espera que cuando su hija decida puedan encontrar un trabajo en el que “se sienta feliz y nunca pare de aprender”. Para esta madre y su hija, el día 8 de marzo es un día de reflexión. "No deben existir límites ni para las mujeres ni para nada. El límite se lo debe marcar cada uno no los demás". 

Una empresaria que era empleada hasta hace un año de Las Rozas. Tiene 35 años y ha decidido independizarse y poner un negocio en marcha. No tiene mucho presupuesto pero dedica muchas horas al día para sacar su idea adelante. “Yo he trabajado toda mi vida como dependienta y ahora he montado mi propia tienda. No sé como saldrá pero al menos lo he intentado”, explica. “Cuando decidí montar mi negocio fueron muchos los que dudaron de mí por ser mujer. Me decían que no iba a funcionar y que mejor que cogiera a otro para dirigir las cuentas y la gestión. Pero ha pasado un año y aquí estoy, segura de que valgo y de que lo voy a sacar adelante”, afirma.

Para esta empresaria el día 8 de marzo es un día feliz. “Somos mujeres y debemos estar orgullosas. Nos ha costado mucho llegar hasta aquí y tenemos que luchar por conseguir la igualdad en todo”, añade.

Una artista de Villaviciosa de Odón. Tiene 45 años y su vocación no le ha servido para ganarse la vida, pero sigue practicando. “El dibujo es un mundo de hombres y es muy difícil entrar”. “Yo lo intenté hace muchos años, una y otra vez, y nada, pero aunque no gane dinero a mí me gusta y no he dejado de hacerlo”, explica.

La dibujante trabaja en una oficina y tiene su casa decorada con bocetos de obras, que “algún día saldrán de estas paredes”, afirma. Por ahora sólo conocen su arte sus hijos y su marido, pero “ellos son el mejor apoyo que tengo para seguir dibujando”.

El día 8 de marzo para ella es un día para pensar. “Estamos oyendo todo el día la palabra igualdad en la televisión pero en realidad queda mucho por hacer. Hay profesiones que no admiten a la mujer y deberían luchar contra eso”, termina.