Detenido un grupo de aluniceros que atacaba en Las Rozas y Majadahonda

La Guardia Civil ha detenido a los siete integrantes de un grupo de expertos aluniceros, que cometían sus robos en menos de cinco minutos, y llegaron a cometer nueve hechos delictivos en Madrid, Las Rozas y Majadahonda..

La operación, que se ha desarrollado por los agentes del Área de Investigación de Majadahonda, ha culminado con el arrestos de siete personas de nacionalidad española de entre 20 y 40 años.

Contaban con una gran pericia a la hora de cometer los robos, que perpetraban en escasos cinco minutos. Su objetivo principal eran las cajas fuertes, que extraían para después abrirlas en una zona de campo para hacerse con el dinero; luego las abandonaban.

Algunos de ellos son expertos aluniceros y los dos líderes de la banda, dos hombres de 29 y 31 años, ya han ingresado en prisión, según informa el instituto armado.

La investigación se inició en octubre de 2019 tras dos robos con fuerza en dos pastelerías, una en Madrid y otra en Las Rozas.

Accedieron a los locales utilizando mazas y lograron hacerse con las cajas fuertes donde se hallaba la recaudación comercial de los establecimientos.

Con el visionado de las imágenes, los investigadores comprobaron la existencia de un vehículo que estaba estacionado en las inmediaciones de los establecimientos en ambos robos.

Los agentes localizaron a este mismo vehículo en una calle de Majadahonda e iniciaron vigilancias sobre el mismo. Este coche, que había sido robado en Madrid, portaba placas de matrícula dobladas, correspondiente con un vehículo de similares características.

Los ahora detenidos contaban con un piso en un céntrico barrio de Alcorcón, lugar donde celebraban sus reuniones antes de cometer los hechos delictivos.

Para cometer los robos, previamente habían robado un vehículo de alta gama el cual estacionaban en calles de localidades fuera de su lugar habitual de residencia. Este vehículo era dotado de placas falsas para evitar que fuera detectado por las fuerzas de seguridad.

El grupo contaba con cuatro individuos expertos en robos con fuerza, un integrante estaba especializado en el uso de lanzas térmicas y una mujer, hermana de uno de los principales encausados, era la encargada junto a otro integrante de realizar las labores de vigilancia y traslado hasta el lugar del robo.