300 personas participan en la marcha en defensa de los caminos públicos

M.M.M / J.C.

Unas 300 personas participaron en la marcha lúdico reivindicativa en defensa de los caminos públicos de Majadahonda y Boadilla del Monte. “Hubo más gente que en la del pasado año. Fue todo un éxito de convocatoria y reinó un gran ambiente”, asegura Jaime Benavides, presidente de Amigos de los Caminos, asociación organizadora, junto con Ecologistas en Acción.

Asistieron vecinos, pero también asociaciones ciudadanas, grupos, clubes ciclistas, e incluso gente a caballo, en ponis o con carros. La marcha tenía un recorrido inicial de siete kilómetros, que fue recortado por la Delegación del Gobierno en Madrid, decisión que los convocantes han anunciado que van recurrir. A pesar de ello la mayoría  de los participantes realizaron todo el itinerario previsto, que partía desde la urbanización las Lomas de Boadilla del Monte, pasaba por el cruce de El Cordel Segoviano, llegaba a las ruinas del palacio del Duque de Alba y descendía hacia el Guadarrama. Después atravesaba una zona de encinas centenarias  y cruzaba el camino de la Vega, hasta alcanzar el río, donde todos los asientes se tomaron el bocadillo antes de iniciar el regreso.

El motivo de esta marcha fue “el cierre al paso del histórico camino público de Romanillos por parte de un señor feudal, que corta con verja, cancela y candado”, asegura Benavides. Similar situación presenta la entrada a Majadahonda de la vía pecuaria del cordel Segoviano, donde, para el presidente de Amigos de los Caminos, "carteles intimidatorios" amenazan “poco menos que con justicia, picota o tiro”.

El recorrido, según Benavides, permitió ver la situación de los caminos que pasan por la finca, “con todo tipo de impedimentos y advertencias a los paseantes y usuarios de que están en una finca particular”. Pero también fue una ocasión para apreciar “el valor del espacio natural e histórico” que los rodea.

Las fuerzas de seguridad estuvieron presentes, aunque “no interrumpieron el buen ambiente reinante”, afirma Jaime Benavides. Diez agentes de la Guardia Civil y seis vehículos de la Policía Local de Boadilla acompañaron a los participantes en la marcha. Mientras, desde la lejanía y subido a un todoterreno, el dueño de la finca los observaba con prismáticos.